Los Chakras son nuestros centros energéticos que fluyen y reciben energía continuamente canalizándola hacia nuestro cuerpo. Su tarea es la recepción, acumulación, transformación y distribución de la energía llamada «Prana” (también se le conoce como “Chi”en Chino o “Ki” en Japonés).
Cada uno de estos centros se asemeja a una flor abierta y posee ciertos colores que son más o menos brillantes según el estado evolutivo de la persona.
Para entender cómo funcionan debemos hacer diferencia entre nuestro cuerpo físico y nuestro cuerpo etérico. El cuerpo etérico es un cuerpo energético de una vibración muy fina que envuelve totalmente el cuerpo físico. La localización de los Chakras en el cuerpo etérico corresponde a la localización de las glándulas endocrinas en el cuerpo físico. Ambos cuerpos se relacionan a través de la corriente de energía. El cuerpo etérico absorbe niveles muy finos de energía del ambiente y traspasa esa energía a través de los Chakras al cuerpo físico por medio de las glándulas endocrinas. El sistema endocrino controla el equilibrio hormonal del cuerpo y tiene un efecto directo sobre las emociones. Así podemos decir que si nuestros Chakras están en desequilibrio, también lo estará nuestro sistema endocrino. En caso de enfermedad o desequilibrio emocional, estos centros energéticos se pueden encontrar bloqueados o puede que su flujo de energía no sea el óptimo.
Los antiguos tratados hablan de siete Chakras principales, situados a lo largo de nuestra columna vertebral. Cada uno de ellos representa un periodo de nuestra vida (septenio) y cómo esa energía la vemos representada en esta existencia.
Los tres primeros Chakras nos conectan más con la materia, con nuestra energía, la forma en que creamos nuestra realidad y la voluntad que tenemos para hacerlo.
Los tres siguientes nos conectan más con nuestras emociones, pensamientos y sentimientos y nos van guiando a otros planos más elevados de consciencia.
Cuando ya llegamos al Septimo Chakra, somos una con la materia y somos conscientes de nuestro origen divino.